Tras el verano, la vuelta a la rutina diaria muchas veces se hace dura. Pasamos de no usar el despertador, levantarnos a la hora que el cuerpo nos pide, dedicarnos al "dolce far niente" (como dirían los italianos) o a "no pegar ni golpe" (como dirían los españoles), a todo lo contrario: levantarnos casi de noche y no parar en todo el día con las obligaciones diarias.
De vez en cuando encontramos un huequecito para jugar con el cartón, como el que hemos hecho estos días para fabricar nuestro "smiley", o carita sonriente, mundialmente conocida ... ha sido el antídoto perfecto para estos días de retorno.